FOTO ESPECIAL PARA RC/BEN TORRES
El padre Rafael Ramirez habla a la feligresía, durante la homilía de la Misa del 26 de junio, cuando se celebraron los 80 años de la Iglesia de OLPH en Dallas.
Feligreses celebran con alegría hito histórico de su parroquia.
Por Violeta Rocha
Especial para Revista Católica Dallas
DALLAS—Ubicada a un par de millas del aeropuerto Love Field en Dallas, la parroquia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro celebró este verano un histórico hito: sus 80 años de historia.
Fundada en 1942 bajo la sombrilla de la parroquia de la Santa Trinidad, la iglesia de OLPH (por sus siglas en inglés), se ha convertido “en un segundo hogar” para varias generaciones y en especial, en semillero de una vibrante comunidad católica hispana.
Su edificio actual, de muros sencillos, pero con fuertes cimientos de fe, data de 1963, cuando se construyó luego de que un incendio destruyera la estructura inicial. Dedicado en 1964, tiene capacidad para 300 personas.
Las voces de esta comunidad hacen eco a través de generaciones, persiguiendo frescura y vigencia en su fe, plantados en el amor de Jesús, bajo el amparo de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
PUEBLO DE DIOS
“En Nuestra Señora del Perpetuo Socorro me encontré con una familia, con un pueblo de Dios”, comentó el padre Iñigo López que fue pastor de esa comunidad por 4 años.“Es gente enamorada de Dios, de la Iglesia, gente con deseo de aprender y de formarse”, agregó.
“Es una comunidad muy afectiva, humilde y llena de gente siempre dispuesta a servir”, dijo Susana Rosas, integrante del Ministerio Familias Creciendo en Fe. “En estos 80 años se han visto los hijos, nietos, bisnietos de los primeros feligreses. Hay mucho amor a la parroquia, somos una comunidad muy fraterna”.
Umberto Valtierra, coordinador del Grupo Guadalupano, atribuye a la parroquia, haber encontrado su camino de regreso a la Iglesia.
“Aquí yo encontré mi conversión, Dios hizo el milagro, me ayudó, me enderezó y me puso en su camino, por eso esta parroquia es muy importante para mí”.
Teresa Rodriguez ha pertenecido a OLPH durante 42 años. Actualmente pertenece al grupo de oración Quenosis. Ella que ha sido testigo del paso del tiempo, asegura que se ha mantenido como un hogar fraterno.
“Entrar a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro significa paz espiritual”, dijo. “Cuando yo piso mi Iglesia, siento que es mi casa. Como si ahí hubiera nacido y me hubiera criado allí. Aquí está todo lo que uno puedo desear, celebrar 80 años de nuestra parroquia, es una bendición”.
